Siempre renaciendo


   Hace tiempo que no escribo en mi blog. El trabajo y otros intereses vitales me han tenido demasiado ocupada. Pero de pronto, todo se ha detenido. He dejado de trabajar y mi cabeza está centrada ahora en como sobrevivir a esta situación.

   Nunca he sido otra cosa que periodista. Siempre en búsqueda de noticias. Siempre preocupada porque ninguna información se escapara. Trabajando día y noche. Me encantaba levantarme a las tres de la madrugada y dar un repaso a lo que estaba ocurriendo en el mundo. Me daba sensación de poder.

    Reconozco que he sido una adicta al trabajo. Que lo he antepuesto a familia y amigos. Que llenaba mis vacíos y me mantenía alejada de algunas obligaciones.

    No me importaba dedicar 12 o 16 horas. Veinte si hacía falta. Las personas que me quieren siempre me decían que tenía que vivir más y trabajar menos. Pero no les hice caso.

   Ahora es tarde, pero no demasiado para replantearme la vida que no he vivido. Las veces que "no he estado", los momentos que no he compartido.

   Debo renacer de nuevo de mis cenizas. Otra vez recomenzando. Haciéndome cargo de mí misma. Y no es fácil pero lo voy a intentar.

   A veces los contratiempos sirven para crecer como persona. Para armarte ante las dificultades y darte cuenta de lo que realmente importa.

   Y no; no me arrepiento de nada. He hecho lo que quería o lo que creía necesario hacer en cada momento. Y este debe ser mi momento. El de dibujar lo que quiero hacer y lo que no estoy dispuesta a aceptar. Es la hora de tomar decisiones, pero sin prisa. Es la hora de conocerme como persona. El tiempo dirá si lo he conseguido.

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