TAL COMO ÉRAMOS, TAL COMO SOMOS



Me gusta la vida porque siempre te ofrece sorpresas (las malas no me gustan, claro, pero intento afrontarlas con valor y serenidad, aunque no siempre puedo).



Una de las últimas ha sido el reencuentro con dos compañeras de la Universidad, con las que compartí recientemente unas pocas horas en las que me sentí tal y como era hace 25 años, siendo tal y como soy ahora (osea, 25 más vieja).



Sobre todo agradezco que, transcurrido el tiempo en el que apenas hemos tenido contacto (con un paréntesis de reencuentro creo que hace dos años) , pudiéramos hablar con la misma frescura (arruguitas aparte, que la verdad, tan poco son tantas) como lo hacíamos cuando acudíamos a las aulas universitarias (pelín cursi queda esto, pero es por no repetir Universidad).



Creo que aún compartimos mejor que antes, porque con el paso del tiempo, vamos sumando experiencias, vamos quitando complejos tontos, y vamos mostrándonos 'tal como somos'.



Por eso hoy tengo un nuevo motivo para agradecer a la vida, que como cantaba Joan Baez, me va dando tanto (hasta algún que otro sufrimiento que me ayuda a fortalecerme), y que me irá ofreciendo cosas si estoy dispuesta a permanecer con el corazón y la mente abiertos a recibirlas.



Espero que mis amigas estén pasándolo bien por tierras irlandesas y que a la vuelta nos reencontremos para seguir poniendo una sonrisa al otoño que se avecina (no hablo del otoño vital, que aún veo lejos).



Y es que como diría mi amiga Lorie, la vida es ¡awesome¡, osea, la bomba.

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