VIAJES CONMIGO



Hay muchas maneras de viajar, tal vez ninguna mejor que otra (o sí, porque una compañía no adecuada te puede destrozar un viaje) pero existe una que sirve para algo más que para conocer nuevos lugares; sirve para conocerse mejor a uno mismo.



Me refiero a viajar sólo o sola. Es algo que hago de vez en cuando y que me permite observar, conocer gente de paso (personas con las que muchas veces después sigo en contacto) , apreciar nuevas culturas, nuevas formas de sentir la vida, y, todo ello, sin nadie que intermedie (o interfiera) en esa visión.



Y es que, cuando viajas con la única compañía de tu maleta (si no la pierden por el camino, que es mucho pedir) y de tu ilusión por conocer un nuevo lugar, hay algo que renace en tí o que te hace 'nacer de nuevo a la vida'.



Me gusta estar conmigo misma en un aeropuerto imaginando la vida/las vidas de las personas a las que observo. Mientras hago esto, me resituo yo misma en mi propia vida y me siento capaz de empezar de nuevo. No me ahorro el disfrute de los comentarios que me hago interiormente y sucede entonces que me doy cuenta (la verdad que casi me la doy a diario, y es bien importante), de que existo, y de que soy capaz de disfrutar de mi propia compañía.



Así descubro a mi 'amiga' Anabel, esa que siempre está conmigo, 24 horas al día, con la que a veces tengo que lidiar cuando se pone un poco plasta, pero a la que quiero y respeto. En ese momento me convierto en mi mejor compañía y subo al avión rumbo a algún lugar con la confianza que me da viajar junto a alguien tan conocido, en quien (tras años de lucha) puedo confiar.



Y cuando despego me digo: 'Ahí vamos otra vez; a descubrir el mundo; nuestro mundo'. Podeis probarlo si no lo habeis hecho, es 'guay'.

Comentarios

Entradas populares